El río Krka es, sin duda alguna, el río cárstico más bello de Croacia. El río es célebre por sus numerosas cascadas cársticas que se han originado, igual que en los Lagos de Plitvice, con la sedimentación del travertino, un tipo especial de piedra caliza. Este Parque Nacional abarca la mayor parte del cauce del río Krka con sus orillas, y llega desde la ciudad de Knin, en las inmediaciones de su nacimiento, hasta otra ciudad histórica, Skradin, donde el río Krka se une con una larga y profunda ensenada marítima. El Krka fluye en una parte a través de profundos cañones incisos en las altiplanicies cársticas, y forma varios lagos, sobre todo entre las dos cascadas más grandes y más bellas, las de Skradinski buk y Roski slap. El Parque Nacional de Krka seduce no sólo con su belleza natural, sino también con toda una serie de monumentos culturales e históricos.
Lo mas destacable del Parque Nacional Cascadas del rio Krka
El más destacable entre ellos es el Convento franciscano en el islote de Visovac que, como si de una joya de la naturaleza se tratara, se encuentra en medio de un lago formado por el río Krka. Dentro del complejo del Convento franciscano se encuentran una pinacoteca y una iglesia del siglo XIV. En el inventario del museo ricamente dotado, destacan, entre otras riquezas, 600 documentos que datan del período del reinado otomano en esa zona.
Al parque también pertenecen un curioso monasterio ortodoxo situado en la orilla del río, las ruinas de la antigua ciudad romana Burnum y las ruinas de varios castillos en las colinas encima del río. A los visitantes también les llaman la atención los viejos molinos, en los que todavía hoy se puede moler el trigo de forma tradicional . Igual de llamativo es un cercano pequeño museo etnográfico, en el que los guías, vestidos con los trajes regionales típicos, acercan a los visitantes historia de la región. No obstante, la mayor atracción del Parque Nacional de Krka son sus siete cascadas, de las que la Ropki slap es la más caudalosa y la Skradinski buk la más grande y la más conocida. Skradinski buk es a la vez la última en el camino de Krka hacia el mar. Ropki slap es una maravilla por la impresionante imagen de los cañones que la rodean. Los siete escalones del Skradinski buk se reparten en una longitud de 800 metros, mientras que la diferencia de altura entre ellos es de 46 metros.
El caudal anual medio es de 55.000 litros de agua por segundo, pero cuando hay abundantes lluvias la masa de agua baja estrepitósamente con 300.000 litros por segundo. Aproximadamente dos tercios de los 72 kilómetros de longitud del río Krka pasan por los cañones y hacen un curioso contraste con la seca altiplanicie cárstica. El río, de un intenso color azul turquesa , fluye como un espejismo a través del desierto de la meseta calcárea dálmata. Poco después de la vistosa ciudad de Skradin el río se va convirtiendo en el lago Prukljansko jezero, para fundirse luego con una profunda ensenada en la que se encuentra otra ciudad histórica – Sibenik.