Brijuni, archipiélago situado enfrente de la costa oeste de Istria, cerca de la ciudad de Pula. Engloba dos islas de mayor tamaño y una docena de islotes más pequeños. Su superficie total no supera siete kilómetros cuadrados. Bajo protección se encuentran tanto el archipiélago en su totalidad como las aguas que le pertenecen, por lo que la superficie de todo el Parque Nacional es de 36 km2. Las islas Brijuni son conocidas por su vegetación mediterránea, exuberante y cuidada, que en algunas partes tiene aspecto de un precioso paisaje y en otras de un safari-park. El archipiélago también destaca por la valiosa herencia artística que data principalmente de las épocas romana y bizantina. Su singular belleza ha conseguido que el archipiélago sea, desde hace más de un siglo, el destino preferido de los aristócratas y los políticos de todo el mundo. Dada la presencia de muchos turistas en la isla que, por otra parte, no está habitada durante todo el año hay que decir que siempre hay personal. En la isla Veliki Brijun uno puede alojarse en uno de los tres pequeños hoteles, que le ofrecen al visitante, a diferencia de la cercana Pula con todo su agobio turístico, un ambiente sano en una exuberante naturaleza. En las islas se encuentra el campo de golf más antiguo de Croacia. Casi la mitad del archipiélago está cubierto por parques ingleses y prados, en los que se puede ver alguna encina solitaria con su copa “recortada”.
Historia de las islas Brijuni
En los años setenta, cuando en los Brijuni estaba la residencia del entonces presidente de Yugoslavia, Josip Broz Tito, se acondicionó un “safari-park”. La mayoría de sus habitantes son exóticos herbívoros: elefantes, antílopes, gacelas, lamas y cebras. La principal razón para que este archipiélago fuese declarado Parque Nacional fue su extraordinaria herencia cultural e histórica. Especialmente valiosa es la herencia que data de la época romana. En el primer siglo se levantó en el golfo Verige una de las residencias de verano del Cesar romano de la que han quedado como testimonio muchas estatuas bien conservadas. Aun más ricos son los hallazgos del período bizantino cuando en el golfo Dobrika fue elevado un castillo fortificado que se usó como residencia hasta el siglo XIV. En el siglo XIX la Monarquía Austro-Húngara hizo construir en los Brijuni un impresionante sistema de fortificaciones para proteger Pula, su puerto de guerra más importante. Estas fortificaciones, unas de las más grandes de este tipo en el Mediterráneo, se han conservado hasta hoy y representan un ejemplo de primera clase de la construcción de fortificaciones de aquella época. Hay que agradecer al industrial austriaco Paul Kupelwieser por haber preservado el paisaje cultural del archipiélago. Adquirió las islas a los finales del siglo XIX y después de que, con ayuda del doctor Robert Koch, erradicara la malaria de las islas, comenzó, a principios del siglo XX, a convertir las islas en un parque y un destino turístico.
http://es.wikipedia.org/wiki/Islas_Brioni